26 de junio de 2024

San Pío X

José Sarto, nació en 1835 en Riese, Italia. Niño campesino, el segundo de diez hijos dentro de una familia muy pobre; le encantaba estudiar y era profundamente servicial, se dice que su vida estuvo llena de obras de caridad.

A los 10 años ayudaba al párroco del lugar como monaguillo y constantemente repetía que quería ser sacerdote.

Su padre murió cuando tenía 17 años, por lo que él debía tomar su lugar en el municipio, pero su madre decidió ayudarlo a seguir su deseo de ser sacerdote, por lo que ella trabajaba día y noche, para apoyarlo.

En 1858 llegó a ser sacerdote y colaboró en la parroquia de Tombolo-Salzano, donde se refería con inmenso amor a la Santísima Virgen y total adoración a la Eucaristía.

Llegó a ser capellán, párroco, director espiritual del Seminario, Obispo de Mantua, Patriarca de Venecia y Papa.

Abolió el “veto laical”, restauró el catecismo dando la oportunidad de preguntas y respuestas especialmente para las personas, que como el, nacieron en un ambiente sencillo donde no tenían acceso a una educación o preparación.

Su mayor preocupación fue llevar la catequesis a todos los estratos sociales de la mejor manera posible, anticipando la edad para la primera comunión alrededor de los 7 años.

Eliminó la prohibición de la entrada de los católicos a la vida política, estuvo a favor de renovar la Liturgia, el movimiento bíblico.

Le dio un lugar especial al canto gregoriano, e intensificó ante los fieles la participación de la Eucaristía, entre muchas otras cosas más.

Fue un Papa que reflejaba su inmensa bondad con numerosas iniciativas personales para lograr mayor acercamiento a la Iglesia de la comunidad católica, observando la crisis de fe que ya existía.

Decidió vivir como pobre.

En su testamento dejo la siguiente frase: “Nacido pobre, vivió como pobre y seguro de morir paupérrimo”.

Que la vida de este gran santo, nos motive a vivir centrados en un corazón dispuesto a dar, con un pensamiento de ser y no de tener; lo material, al fin y al cabo, viene y va y el crecer en el amor y la entrega, nos llevara directamente al gozo y a la salvación.

                         “Jesús Salvador de los hombres, sálvalos, sálvalos.”

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