1 de julio de 2024

Santa Clara de Asís

Clara Favarone, nació el 16 de julio de 1193, perteneciente a la noble familia del Conde del Sasso Rosso, de Italia.

Clara creció en el palacio fortificado de la familia y no tenía amigos. Desde muy corta edad sobresalió en virtud pero se mortificaba usando ásperos cilicios de cerdas y rezaba todos los días.

Desde que tenía once años, se dedicó a seguir los pasos de servicio y entrega de San Francisco.

A los 15 años, sus padres la prometieron en matrimonio a un joven de la nobleza, a lo que ella se resistió respondiendo que se había consagrado a Dios

Cuando tenía 18 años, acudió a la iglesia de Santa María de los Angeles y escuchó una homilía de San Francisco de Asís, en ese momento sintió una llamarada en su corazón, por lo que le pidió a San Francisco que la ayudara a vivir según el evangelio.

Clara huyó de su casa y se fue a la Iglesia de María de los Angeles, donde la esperaban San Francisco y varios sacerdotes. Dentro del templo cambió su lujoso vestido por un hábito. San Francisco le cortó sus  trenzas y cubrió su cabeza con un velo negro, mientras los sacerdotes entonaban un canto. Fue trasladada al convento de las benedictinas de San Pablo.

Al día siguiente sus padres y familiares llegaron al templo amenazando y suplicándole que regresara con ellos, pero Clara se negó.

Formó parte de la orden de los Hermanos Menores, San Francisco fue su director espiritual.

Tiempo después, junto con San Francisco fundó la segunda Orden Franciscana o de las Hermanas Clarisas.

Permaneció 41 años en el Convento de San Damián, hasta el día de su muerte. Realizaba los trabajos más sencillos y humildes, pedía limosnas pues las religiosas debían vivir de la providencia divina y del trabajo. Realizó numerosos milagros.

Fue la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres, inspirada en el ejemplo de Francisco y Clara. Fue aprobada dos dias antes de su muerte por el El Papa Inocencio IV.

Murió el 11 de agosto de 1253. De ella se decía: “Clara de nombre, clara en la vida y clarísima en la muerte”. Fue canonizada un año después, por elPapa Alejandro IV.

“Santa Clara, que tu inmenso amor a Dios y deseo de dar todo lo material a los necesitados, en entrega  desinteresada, nos inspiren en estos tiempos y por toda la vida para servir a la manera de Jesucristo nuestro Señor”.

Deja un comentario