3 de julio de 2024

San Tarsicio, Patrono de los Acólitos

San Tarsicio, patrono de los acólitos es, quizás, un santo poco conocido para muchos; por eso, aquí les presento parte de su historia.

San Tarsicio era un acólito de los sacerdotes, en Roma. Después de participar en una Santa Misa, en las Catacumbas de San Calixto, fue encargado, por el obispo, para llevar la Sagrada Comunión a los cristianos, que estaban en la cárcel. Por la calle, se encontró con un grupo de jóvenes, que le preguntaron qué llevaba bajo su manto. Él no les quiso decir, lo apalearon y apedrearon para robarle, pero no pudieron quitarle el Sacramento de Cristo. El joven prefirió morir, antes que entregarles las Sagradas hostias que llevaba.

Sobre su tumba, el Papa San Dámaso escribió este hermoso epitafio: “San Esteban fue muerto bajo una tempestad de pedradas, por los enemigos de Cristo, a los cuales exhortaba a volverse mejores. Tarsicio, mientras lleva el sacramento de Cristo, fue sorprendido por unos impíos que trataron de arrebatarle su tesoro para profanarlo. Prefirió morir y ser martirizado, antes que entregar a los perros rabiosos la Eucaristía, que contiene la Carne Divina de Cristo».

La historia de Tarsicio fue divulgada, por el cardenal Nicholas Wiseman, quien lo describió como un joven acólito en su novela Fabiola, o la Iglesia de las catacumbas, publicada en su primera edición, en 1854.

San Tarsicio es también conocido como «el mártir de la Eucaristía» y su fiesta se celebra el 15 de agosto.

Hoy, no existe una identificación plena de su sepultura, aunque la iglesia de San Silvestre in Capite, una basílica menor de Roma, se atribuye poseer sus reliquias. Quienes somos acólitos, tenemos en San Tarsicio un ejemplo de amor a Dios y de entrega en el servicio.

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