por Acerca del refrán que dice: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”, me lo imagino, sonriendo discretamente, frente a cada uno de nosotros, pero, por dentro, conteniendo un amable alborozo.
Y es que sí… a lo largo de nuestra vida y desde niños, nos contamos historias, hacemos planes, aprendemos y desaprendemos de acuerdo con cómo vamos creciendo y lo involucramos, olvidando, muchas veces, que Su plan Maestro está perfectamente diseñado y con demasiada anticipación, para cada uno de nosotros.
Conocemos algunos dichos coloquiales, tales como “El hombre propone y Dios dispone”, “Del dicho al hecho, hay un gran trecho” y otros, que se encuentran en el Antiguo Testamento (Proverbios 19:21), como el que dice “Muchos son los planes en el corazón del hombre, mas el propósito del Señor permanecerá”.
Por supuesto, de lo contrario, ¿cómo entender la historia de un niño de una tribu africana, que actualmente trabaja en una firma de consultoría en Argentina, o la de otro pequeño que, al esconderse dentro de un barco estacionado, en el canal de Panamá, termina en Miami?
Todos conocemos muchas anécdotas, interesantes e increíbles, que nos contaron los abuelos, nuestros padres y que, actualmente, platicamos a los hijos y amigos y las que compartimos, también, a partir de nuestras propias experiencias.
Entonces, podemos afirmar este sentido que “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes” y que “Hacer reír es una forma de hacer el bien”.
Dios nos sorprende constantemente…Los invito a reír con Él.
