8 de julio de 2024

Déjate hacer y deshacer

Muchas veces, por orgullo o ingenuidad, nos hacemos una idea de lo que será nuestra vida espiritual, y después nos esforzamos por realizar esa idea. ¡Qué equivocación! La actitud fundamental en el camino espiritual es dejarnos hacer y deshacer, abandonarnos en Dios para que él invente nuestra vida.

“Hazte santa, Terita […] –le dice Concepción Cabrera a su hija Religiosa de la Cruz–. Estudia a Jesús, enamórate de Jesús, imita a Jesús, entrégate a Jesús, y déjate hacer y deshacer de quien tanto te ama»[1]. Y en otra carta le dice: «Hazte santa, no pienses en el futuro, déjate hacer y deshacer de Dios que sólo quiere tu bien. No pongas resistencia la más mínima a su voluntad y dale libertad para que haga y deshaga en ti a su placer. Que todo ha de ser para tu bien, es un Padre y te ama mucho”[2].

En ambos textos, ese dejarse hacer y deshacer tiene relación con la vocación a la santidad. También se relaciona con el amor de Dios: la certeza de que Dios nos ama nos llevará a ponernos «en manos de Dios, pero a pierna suelta»[3], sin poner la más mínima resistencia.

La acción de Dios, para ir formándonos a su antojo, pasa por diversos acontecimientos, lugares, circunstancias («consuelos y desconsuelos», «tempestades y calma»[4]) y, sobre todo, pasa por personas. «Déjate hacer de Dios y de los hombres, pero sin perder la paz, con presencia de ánimo, viendo en las creaturas solo instrumentos de Dios para labrarnos. –Y termina citando unas palabras de San Pablo (Rm 8,28)– Todo se convierte en bien, para los que aman a Dios»[5].

Dejemos de pretender ser los protagonistas de nuestra vida espiritual; el protagonista es el Espíritu Santo, que irá realizando en nosotros su obra maestra: nuestra transformación en Jesús. Tengamos la osadía de dejar que Dios haga y deshaga nuestra vida como le plazca.


[1] Carta escrita en julio 1919, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 282.

[2] Carta escrita el 15 abril 1924, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 444-445.

[3] Carta escrita el 29 noviembre 1923, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 427.

[4] Carta escrita el 25 septiembre 1917, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 239.

[5] Carta escrita antes del 18 agosto 1909, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 58; cf. 257.

Deja un comentario