por Es la forma más común de la artritis, causa dolor, impedimento en los movimientos de las articulaciones e inflamación. Por lo general, afecta las articulaciones de las manos, cadera, rodillas y la columna vertebral. Consiste en la degradación del cartílago que recubre los extremos de los huesos en una articulación. Los cartílagos sanos amortiguan por lo general el impacto de los movimientos; cuándo este se desgasta, los huesos se friccionan entre sí y, al paso del tiempo, daña permanentemente la articulación. Sus causas: el sobrepeso, el envejecimiento, los golpes o lesiones en las articulaciones, entre otros.
El tratamiento incluye: ejercicio, medicamentos, a veces cirugía y rehabilitación de la articulación. No existe una terapia nutricional que solamente funcione para personas con osteoartritis, por lo general si se tiene sobrepeso, la pérdida de peso mediante un programa adecuado y adaptado a las necesidades y estilo de vida de la persona puede ayudar a aliviar el dolor y la tensión en las articulaciones afectadas.
Consumir una dieta completa, inocua, equilibrada, variada, que sea acorde a los gustos, hábitos, preferencias y estilo de vida, ayudará a obtener todos los nutrimentos esenciales que se necesitan.
Recomendaciones:
- Utilice métodos de cocción saludables: guisado, estofado, horneado y asado evitando así el exceso de grasa, de preferencia no emplear la fritura de los alimentos.
- Una dieta centrada en alimentos vegetales (verdura, fruta, cereales integrales, nueces y leguminosas) en cantidades apropiadas para que le permitan una pérdida de peso y poder alcanzar un peso más saludable. Preferir la verdura y la fruta fresca y entera por su contenido de fibra, en lugar del jugo de estas.
- Elegir grasas insaturadas o las grasas “buenas” como el aceite de oliva y canola, aguacate, almendras, cacahuates, nueces.
- Incluir pescados con omega 3 como el salmón, sardinas y arenque. También el pescado blanco.
- Minimice la ingesta de grasas “malas” (grasa trans y grasa saturada). La grasa trans se encuentra en las botanas comerciales, en los pastelillos y galletas industrializadas, en algunas de las comidas rápidas así como en las papas fritas. Las grasas saturadas, se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal como carne de res, cerdo, cordero, ternera y en los productos de salchichonería como tocino y chorizo, entre otros.
