8 de julio de 2024

El Papa Francisco y su vocación

Me gustaría preguntarte ¿conoces las intenciones mensuales del Papa para la iglesia y el mundo? ¿Sabes de sus actividades y viajes? ¿Lees los documentos que escribe? ¿Oras por él?

El día que fue elegido, el Papa Francisco, antes de dar su bendición, pidió la bendición de los fieles, sabiendo que la fuerza del Espíritu Santo, imprescindible para iniciar su pontificado y llevarlo adelante, le llegaría a través de la oración de todos nosotros.

Con sobrada razón, Jesús le decía, a Conchita, que pidiera mucho por el Papa, que lo llevara en lo más hondo de su alma y, con él, cargara también con todos los demás sacerdotes: En esa maternidad espiritual o aceptación plena de los sacerdotes, para inmolarte en su favor, deben entrar también desde el Papa, los cardenales, arzobispos y obispos, párrocos y sacerdotes. Porque toda la jerarquía eclesiástica forma un solo sacerdocio con el Sacerdote eterno.”

“Nada hay tan íntimo en mi corazón como mis sacerdotes”. Este amor de Cristo a sus sacerdotes se lo quiso transmitir a Conchita, para que, a imagen de la Virgen María, creciera en ella un amor materno, tierno y oblativo, que trajera frutos de salvación y santificación, especialmente en los sacerdotes. El maternal amor, de María Santísima a los sacerdotes, procede de la unión e identificación de los sacerdotes con Cristo como «otros Jesús»

La vida de Conchita fue enteramente sacerdotal, ofreció todos sus actos por la santificación de los sacerdotes, sintió el deseo de que todos ardieran en celo apostólico y quería cargar como propios sus pecados, de acuerdo con lo que Jesús le indicó.

Todos estamos llamados a una vida sacerdotal así. Oremos, constantemente, por el Papa Francisco para que el Espíritu Santo lo ilumine, lo acompañe y lo santifique. Nos toca ser iglesia junto a él. 

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