8 de junio de 2025

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Hablar del Sagrado Corazón de Jesús, es una forma de manifestar nuestra fe. Tuvo su origen en la persona de Jesucristo que concebía el corazón como una parte vital de entrega total, siendo este el signo de su infinito amor por la humanidad.

Esta devoción se propagó cuando Jesús escogió a una religiosa, Margarita María Alacoque, para ser Su mensajera. En el año de 1673, el 27 de diciembre, tuvo la primera visión de Jesucristo mientras adoraba al Santísimo Sacramento. Jesús se manifestó con el corazón abierto y señalándolo con la mano, dijo:

“He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado nada, hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor. Y en reconocimiento no recibió de la mayoría sino ingratitud”.

“Mi divino Corazón, está tan apasionado de amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo, los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía”.

Margarita vio que el corazón de Jesús estaba rodeado de llamas, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y del interior emergía una cruz.

En este día tenemos el gozo de celebrar esta devoción que, desde entonces, ha llegado a nosotros para permanecer por siempre, llenándonos de fe, confianza y luz, ante la afirmación total de que Jesús, en su infinito amor y bondad hacia todos nosotros, nos protegerá de las tentaciones para crecimiento de nuestra devoción hacia su corazón. Es momento de intensificar nuestra entrega, servicio y amor hacia nuestros semejantes, para el bien de toda la humanidad.

“Anuncia y haz saber al mundo entero que yo no pondré límites a mis beneficios cuando éstos me serán solicitados por mi Corazón”.                ¡Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío, infinitamente!

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