No hace mucho, me contaron una anécdota en que le preguntaban a un niño, que vive en el campo, en algún lugar de México, qué es lo que quería ser cuando fuera mayor. El chiquillo, sin malicia, pero con total honestidad, respondió: Yo, de grande, quiero ser narco, como mi papá… Me parece que esto merece reflexión.
En México, el tercer domingo del mes de junio, es el Día del Padre. Aunque, comercialmente, esta fiesta no tiene tanto peso como la del Día de la Madre, son evidentes las consecuencias de la paternidad irresponsable, ausente o poco formada. Porque, así como madre solo hay, a veces; padre, no hay ninguno, y hay situaciones en las que, cuando lo hay, es tan conflictiva la situación que, casi, es preferible que no lo hubiera…
¿Qué aprenden los niños (y niñas) de sus papás? Aclaro que hablo, siempre, salvando muy honrosas situaciones de auténtica y ejemplar paternidad… Me imagino respuestas ficticias de algunos niños, si les preguntara en qué se parecerán a sus papás:
– A mí, si alguien me hace enojar, le rompo la cara, como hace mi papá…
– En vez de trabajar, ganaré mucha lana estafando, como mi papá…
– Yo, en vez de leer y seguir estudiando, me conformaré, como mi papá…
– Yo, cuando esté casado(a), haré como ha hecho mi papá…
– Pues yo, además de alcohol, me meteré otras sustancias, como mi papá…
– Yo haré lo que me dé la gana, como hace mi papá…
¿Parece exageración? Recientemente, se han detectado varios casos de niños que cobran dinero a sus compañeros, a cambio de protección o de no hacerles nada. El argumento del que se valen estos niños, para meter miedo a sus compañeros (e incluso maestros), es que sus papás pertenecen al crimen organizado.
También, es muy cierto que la mayoría de los papás dan ejemplo con su testimonio de vida, tienen un trabajo honesto y son responsables, practican el civismo y la moral; enseñan a sus hijos la importancia de estar siempre cerca de Dios y tener fe. Gracias a todos estos padres, los niños crecerán en las mejores condiciones de salud física, mental y espiritual, al heredarles los valores y principios humanos para construir un México mejor.
Esperemos que, cada día, sea día de padres, de hombres que sepan cuidar y educar y que sean verdaderos ejemplos de valor y valentía para sus hijos.