5 de julio de 2024

“Su consuelo es cercanía, verdad y esperanza”

El Papa nos comenta que, alrededor de la mesa, se lleva a cabo esta conversación entre Jesús y los discípulos, durante la Cena, (cf. Jn 14,1-6). Jesús está triste, había dicho que uno de ellos lo traicionaría (cf. Jn 13,21) y todos perciben que algo malo va a suceder. Jesús comienza a consolarlos, en la cercanía, con la verdad y en la esperanza

En la cercanía, nunca lejos: “Estoy aquí, contigo”. Sabemos que Él siempre está aquí. Ese es el estilo de Dios, no usa palabras vacías, por el contrario, prefiere el silencio. La fuerza de la cercanía, de la presencia, expresó Francisco.

En la verdad, Jesús es veraz. No dice: “no, no te preocupes, todo pasará…” Nos dice la verdad. En este pasaje, Él mismo dice: “Yo soy la verdad” (cf. Jn 14,6). Y la verdad es: “me voy”; es decir, “moriré” (cf. vv. 2-3). Estamos ante la muerte, Él lo dice suavemente, sin lastimar. 

En la esperanza: Sí, es un mal momento, pero “no se turbe vuestro corazón. […] Creed también en mí” (v. 1). “Os digo una cosa” —así dice Jesús—, “en la casa de mi Padre, hay muchas moradas. […] Voy a prepararos un lugar” (v. 2). Él va primero, a abrir las puertas de ese lugar, por el que pasaremos todos. El Señor regresa, cada vez que alguno de nosotros está en camino de abandonar este mundo: “Volveré y os tomaré conmigo” (v. 3). 

Francisco nos comparte lo que dice Jesús: “Estoy cerca de vosotros. Esta es la verdad: es un mal momento, de peligro, de muerte. Pero no dejéis que vuestro corazón se turbe, permaneced en esa paz, esa paz que es la base de todo consuelo, porque volveré y os llevaré de la mano a donde esté”.

No es fácil dejarse consolar por el Señor. Muchas veces, en los malos tiempos, nos enojamos con Él y no dejamos que se acerque y nos hable con esta dulzura, con esta cercanía, con esta mansedumbre, con esta verdad y con esta esperanza.

Al finalizar, el Papa nos invita a pedir la gracia de aprender, a dejarnos consolar por el Señor. El consuelo del Señor es verdadero, no engaña. No es anestesia, no. Está cerca, es veraz y nos abre las puertas de la esperanza.

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