5 de julio de 2024

La Ascensión del Señor

Hoy, celebramos la Ascensión de Jesús. Esto sucedió justo a los cuarenta días de Su resurrección, ante la presencia de sus apóstoles, después de que les anunciara la venida del Espíritu Santo.

Él tomó este tiempo de preparación, cuarenta días de apariciones y enseñanzas, hasta su llegada al Padre, quien lo exalta y glorifica después de Su pasión, muerte y sepultura.

 “Después, Jesús los llevo hasta un lugar cerca de Betania y, alzando las manos, los bendijo. Mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos se postraron ante él y luego regresaron con gran alegría a Jerusalén. (Lc. 24, 50-53)

Hechos 1, 11, nos habla de dos hombres vestidos de blanco, que les dicen a los discípulos:  “Galileos, ¿por qué se han quedado mirando al cielo?

Este mismo Jesús que fue llevado al cielo, apartándose de ustedes, volverá de la misma manera que lo han visto partir”.

Los discípulos no pueden dejar de contemplar la Ascensión del Señor, hasta que estos dos hombres vestidos de blanco, los regresan a su realidad. Jesús ha sido llevado al Padre ante sus ojos, y a ellos les ha encomendado compartir y llevar al mundo todas las enseñanzas de luz y amor, para bien y salvación de la humanidad;

Claro que no los deja solos, el Espíritu Santo llegará muy pronto; además de que su cuerpo y sangre, alma y divinidad se quedarán para siempre bajo la presencia del pan y  el vino.

Actuemos como cristianos al vivir entre nosotros bajo la directriz de un Jesús glorioso, que en unión con el Padre, ante la convicción total, de que  permanece en todos nosotros, con su gran mandamiento de amor:

“Ámense los unos a otros como yo los he amado”.

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