por El Papa Francisco nos dice que, en el Evangelio (Gn 1,27), está escrito: “Y Dios creó”. Él creó al mundo, al hombre, y le dio una misión: cuidar, administrar, trabajar, llevar adelante la creación. Trabajo es la palabra que usa la Biblia para describir esta actividad de Dios: «Puso fin, el séptimo día, a toda la labor que había hecho» (Gn 2,2).
Francisco menciona lo que dice la Biblia: “Dios vio lo que había hecho y todo era algo muy bueno” (Gn 1,31).
El trabajo es la vocación del hombre recibida de Dios, al final de la creación del universo, y lo hace semejante a Dios, porque es capaz de crear muchas cosas con su trabajo, incluso formar una familia para seguir adelante, expresó.
La historia nos cuenta las brutalidades que se cometieron con los esclavos, los llevaban de África a América, eran maltratados… Hoy, sigue habiendo tantos esclavos, hombres y mujeres, que no son libres, obligados a trabajar para sobrevivir, realizan trabajos forzados, injustos, mal pagados y ven pisoteada su dignidad humana.
El Papa expresó que pidamos por aquellos que luchan por la justicia en el trabajo. Comentó que un empresario lo contactó, para pedirle que rezara por él, pues no quería despedir a nadie, y decía: “Despedir a uno de ellos es despedirme a mí”. Hay tantos empresarios buenos, que cuidan de los trabajadores como si fueran sus hijos. Recemos por ellos y pidámosle a San José, con las herramientas en la mano, que nos ayude a luchar para que haya trabajo digno para todos.
El 1° de mayo, celebramos la fiesta de San José Obrero y el Día del Trabajador. Recemos para que a nadie le falte el trabajo, que sean justamente remunerados y gocen de la dignidad del trabajo y del descanso.
¡Oh, mi Jesús!, y que tu amor inflame todo mi ser en la vida y en la muerte. Creo en ti, espero en ti, te amo, oro.
