8 de junio de 2025

¿Santo yo?

“El testimonio cristiano es hablar con el Señor con alegría, pero también con la alegría de la propia vida; es decir, hacer con mi vida lo que dice el Señor”. – Papa Francisco

San Pablo, en su Carta a los Efesios, recomienda:

Manteneos firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como coraza, calzados con el celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Manteneos siempre en la oración y la súplica, orando en toda ocasión por medio del Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos. Ef 5,14-19

Hay varias maneras de definir la palabra “santo”, pero la que más me gusta la define como “ser separado para Dios”. Es Dios quien escoge a su criatura para estar con Él para toda la eternidad y, para lograrlo, le da las herramientas que necesita para recorrer su vida y le asegura su presencia constante, por medio de los sacramentos, la oración, el ejemplo de los santos, el estudio de la fe, el apostolado, el acompañamiento espiritual, entre muchas más.

Las enseñanzas de san Pablo y del Papa Francisco llevan a pensar que dar testimonio no solo es dar una declaración oral sobre la fe que se profesa, sino que va más allá; se relaciona con los actos y las palabras de cada día. Implica permitirle a Dios que, en cada sentimiento, pensamiento, palabra y acto, se note la presencia cercana y amorosa que tiene Él con la persona y la fuerte intención de esta para seguir con alegría las enseñanzas y el ejemplo de Jesús.

Ser santos es una forma de vida, es un camino a seguir que Dios le regala a sus hijos y que podemos recibir o no libremente y no un ideal alcanzable solo para algunos cuantos elegidos.

¿Qué sería de este mundo si los católicos le pidiéramos, con toda conciencia, al Espíritu Santo el don de la santidad y decidiéramos seguir estos consejos de san Pablo y del Papa?

Deja un comentario